Piazzolla x 2

 

Piazzolla. Obras de Ana Itelman y Mauricio Wainrot. Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Dir.: Andrea Chinetti. En la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín, sábados y domingos a las 20, hasta el 11 de septiembre.


El Ballet del San Martín homenajeó a Piazzolla - Foto: Carlos Furman


El año próximo se cumplirán treinta años de su muerte, y a lo largo de todo este año los homenajes en el centenario de su nacimiento se van multiplicando. Todo indica que durante 2021 y 2022 tendremos un atracón de Astor Piazzolla en la ciudad. Además de la polémica reformulación musical que el compositor marplatense imprimió al tango, el enfoque piazzolliano sedujo particularmente al mundo de la danza, sobre todo en el ámbito nacional. Dos coreógrafos muy ligados a distintas épocas del Ballet del San Martín fueron convocados para el homenaje que el elenco rindió a Astor en este primer programa del año: Ana Itelman y Mauricio Wainrot.

La función para prensa e invitados estuvo teñida por una emoción vestida de regreso triunfal de la compañía a la sala Martín Coronado, su hábitat natural. Rostros felices de famosos y funcionarios, semiocultos tras los barbijos, expresaban la ansiedad del reencuentro, y cuando en la platea estalló el aplauso aún antes de levantarse el telón, quedó claro que la reinauguración del ritual teatral era la verdadera protagonista de la velada.

El estricto protocolo que rige las representaciones teatrales se vio cumplido no sólo con el aforo reducido de la sala, sino también en escena con una particularidad: las parejas de intérpretes fueron elegidas por su calidad de convivientes.


                                      Obras de Itelman y Wainrot, por el Ballet del San Martín - Foto: Carlos Furman

En el comienzo se vio “Ahí viene el rey”, un solo de “Ciudad nuestra, Buenos Aires” (1968), creado por la recordada Ana Itelman. El solista, cuya personalidad va más allá de un rostro que casi nunca se revela, ostenta la sinuosidad del compadrito en una danza estilizada y llena de sugestión, bien traducidos por Lautaro Dolz.

El resto de la función estuvo integrado por tres obras de Wainrot, una elección grata, pero demasiado homogénea. “Escualo”, fragmento de las “Estaciones porteñas” que el coreógrafo creara para el Ballet Estable del Teatro Colón, es un chispeante dúo que no da respiro a los intérpretes, en esta ocasión Brenda Arana y Rodrigo Etelechea.

Entre “Libertango” y “Cuatro estaciones de Buenos Aires” median una veintena de años, algunos matices y más similitudes que contrastes. Muy identificadas con el estilo de Wainrot, ambas fueron el vehículo para la vuelta al ruedo de una compañía joven y vital, luego de que este año y medio de inactividad no hiciera más que acicatear en ella el amor a la danza y a la escena.

Patricia Casañas

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