Con frialdad y remordimiento
Sesión en una tarde de lluvia. Marc McShane. (Traducción: Teresa Arijón). Buenos Aires, La Bestia Equilátera, 2022
Los
datos biográficos, de irremediable brevedad como todo texto de solapa, refieren
que sus padres fueron gitanos; podemos ahorrar un paso y decir, sin rodeo
alguno, que Marc McShane (1929-2013) fue gitano. Australiano de nacimiento, se
educó en Inglaterra y más tarde peregrinó por el mundo, hasta establecerse de
manera definitiva en Mallorca, donde falleció a los ochenta y dos años.
A
estas alturas y para muchos -la gran mayoría, no creo exagerar- el nombre del
escritor es un misterio, que se devela con este libro que combina el suspenso -o
el género policíaco- con lo sobrenatural, y que al darse a conocer allá por los
‘60 le significó al escritor un buen reconocimiento.
En
Sesión en una tarde de lluvia los únicos que conocen la verdad desde el
vamos son los autores de los hechos y, por supuesto, el lector. A este último
le toca ser testigo de la manera en que todo terminará por salir a la luz, que
es precisamente el campo donde McShane despliega su maestría.
Los
protagonistas son Bill y Myrna Savage, un matrimonio de mediana edad, sin hijos
y perteneciente a la clase media londinense. Ella es una médium de innegables
poderes, aunque frustrada por no ser lo bastante famosa. Por esta razón se
lanza con un plan capaz de darle un giro a su vida, para el que calcula todos
los detalles con imperturbable frialdad. Bill, su complemento, no es más que un
marido pusilánime y atormentado, que a bordo de su moto con sidecar actúa como
brazo ejecutor de los planes pergeñados por su esposa. Con los componentes de
la ambición desenfrenada, lo sobrenatural, la locura y el remordimiento, Myrna
y Bill establecen conexión con aquella célebre pareja del mundo de la
literatura, formada por el señor y la señora Macbeth.
La
escritura fluye de manera tal que en primera instancia podríamos definirla como
“sencilla” y despojada de todo ornamento. El estilo de vida del matrimonio, su
sórdida casa, la chatura del barrio donde habitan en las afueras de Londres, los
manejos psicopáticos de Myrna y la debilidad de Bill, llegan a configurar una opresiva
atmósfera de soledad, frustración y perversión, que no cede a lo largo de las
doscientas páginas que componen la novela.
Pero
en realidad, nada está más lejos de la “sencillez” que la elaborada e
inteligente prosa de McShane, con sus momentos de virtuosa resolución como la
admirable y agotadora secuencia de Bill en el bosque. Y es precisamente esa aparente
sencillez, la trampa mediante la cual nos convencemos de que todo se resolverá
de manera previsible. Solo que las cosas cobran un giro inesperado, para llegar
a un desenlace donde a todos les será revelada la escalofriante verdad; el
esclarecedor momento evoca el “sonambulismo” de Lady Macbeth y si, antes que lo
sobrenatural, participa aquí el elemento psicológico, queda librado a la
interpretación del lector.
Sesión
en una tarde de lluvia
es una novela muy recomendable que se disfruta del principio al fin, con la
enorme virtud de sorprendernos cuando ya no somos capaces de vislumbrar el
rumbo definitivo de las cosas.
Como
dato adicional, merece consignarse que la existencia de un film británico de
1964 basado la novela: Seance on a Wet Afternoon de Brian Forbes, con
Kim Stanley y Richard Attenborough. El guion presenta algunas modificaciones
con respecto al libro, entre las cuales la más acentuada es la que se ofrece en
el minuto final. Se puede ver por Youtube en archivo de muy buena calidad.
Claudio
Ratier
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