Ballet del San Martín: fervor por el ritmo
Bolero. Coreografía.: Ana María Stekelman. Música: Maurice Ravel. Diseño de vestuario: Renata Schussheim. Diseño de iluminación: Alberto Lemme. Fervor. Coreografía: Josefina Gorostiza. Diseño de música original y diseño sonoro en escena: Kchi Homeless (Facundo Montoya). Diseño de iluminación: Claudio Del Bianco. Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Directora: Andrea Chinetti. En el Hall Alfredo Alcón del Teatro San Martín. Próximas funciones: sábado 25 y domingos 26 de marzo, sábado 8 y el domingo 9 de abril a las 18.30. Entrada libre y gratuita.
Sábado a la tarde, afuera hace
calor. El hall del Teatro San Martín es un oasis climatizado del cual se
apropia un nutrido grupo de espectadores de un amplio rango etario,
respondiendo a la irresistible propuesta de ver al Ballet del San Martín,
gratis. Cartón lleno.
La compañía se encuentra en un nivel
de excepción; nada tiene que envidiar a colegas internacionales. A la excelente
preparación física de todos sus integrantes se suma la existencia de
individualidades que se diluyen en el momento exacto en el que el grupo se
amalgama. Se intuye un trabajo intenso, sostenido y entusiasta tanto de parte
de los bailarines como de la directora Andrea Chinetti y su codirector Diego
Poblete.
El programa que aquí se reseña
incluyó dos obras ideales para corroborar esa cualidad camaleónica del Ballet:
“Bolero” y “Fervor”. La mayoría de edad de la creación de Ana María Stekelman,
estrenada en 2004, no hace mella en su vitalidad ni en su concepto. Esta
versión en blanco y negro (eficiente vestuario de Renata Schussheim) de la
transitadísima partitura de Ravel aporta una magistral fusión de elementos del
malambo, el tango, el zapateo español y la danza contemporánea. El
entrecruzamiento de ritmo y melodía tiene su paralelo en la coreografía, muy
musical, que presenta solos, dúos y complejas escenas grupales. Dentro de las
individualidades señaladas se destaca la sensual interpretación de Paula
Ferraris, y la potencia de Andrés Ortiz, cuya figura abre y cierra la obra.
Tras un breve intervalo Josefina
Gorostiza nos propone “Fervor”, creado especialmente para la compañía en 2020,
un ecléctico trabajo donde el elenco evoluciona en un continuo danzado,
extenuante y fascinante a la vez. Con la presencia de un DJ en vivo, cada uno
de los bailarines pasa al frente para hacer una personal demostración de
destreza, mientras el resto observa pero no descansa, y la música tecno tampoco,
comandados por un ritmo febril. Pero también hay grupos que dialogan,
explícitas referencias a la danza clásica, al malambo (otra vez), al rock and
roll, a las danzas urbanas y hasta al célebre pasito de The Backpack Kid. La
energía y el frenesí se multiplican en los cuerpos de los bailarines y en el
entusiasmo del público, sin mensaje, sin consigna, a veces en orden y otras
caóticamente.
Estos cuarenta y cinco minutos totales
no dan tregua y al mismo tiempo llevan una ola de frescura a los que se animan
a la experiencia.
Patricia Casañas
Comentarios
Publicar un comentario