Un paseo por la canción italiana
Santiago Ballerini (tenor), Tomás Ballicora (piano). Vincenzo Bellini: Vaga luna che inargenti; Ma rendi pur contento; Bella Nice; Malinconia, ninfa Gentile. Giacomo Puccini: Foglio d’album (piano solo); Sole e Amore (mattinata); Morire? Francesco Paolo Tosti: Quattro canzoni d’Amaranta: I Lasciami! Lascia ch’io respiri, II L’alba separa dalla luce l’ombra, III In van preghi, IV Che dici, o parola del Saggio? Salón Anasagasti del Jockey Club de Buenos Aires. Función del 14/9/2023.
Organizado por la Comisión
de Cultura del Jockey Club, que preside José María Cantilo, tuvo lugar en el
Salón Anasagasti de esa entidad un evento fuera de lo común, por partida doble.
En primer lugar, la
presencia del tenor Santiago Ballerini, tras su brillante desempeño como Don
Narciso en Il turco in Italia. Porque, una vez más, demostró no sólo ser
dueño de un patrimonio vocal de primera calidad que maneja con una técnica
irreprochable, sino ante todo un artista con mayúsculas que año a año se afirma
en el panorama internacional. Esta vez ofreció su arte en un recital, campo que
demanda un particular esfuerzo no sólo en lo vocal sino en lo interpretativo y
emocional, porque en cada sección, en cada número, el cantante debe
compenetrarse y expresar mundos -o microcosmos- diversos. En duración el
recital fue relativamente breve, pero muy intenso en cuanto a lo que el artista
ofreció al público que colmó el lugar.
Y el otro aspecto es
precisamente el repertorio, porque escuchar en vivo y en directo una serie de
piezas que, en la mayoría de los casos -por no decir siempre, al menos en
nuestro medio- se aprecian en grabaciones, fue un privilegio. Del primer
romanticismo italiano con cuatro canciones de Bellini, valorado como
inigualable en el tratamiento melódico, se dio el salto para desembocar en el
mundo de Giacomo Puccini. Vale la pena apreciar a estos compositores más allá
de la ópera, género que les dio la consagración, para encontrar alguna que otra
sorpresa: Morire? (1917) se brinda al oyente como una reminiscencia del
tercer acto de La bohème inmediatamente fácil de reconocer. Y luego, la
presencia de Francesco Paolo Tosti, autor de un vasto catálogo de canciones que
llevó el género a los más refinados y sutiles límites de la expresión, tal como
lo reflejan las cuatro canciones sobre textos de Gabriele D’Annunzio, piezas de
largo desarrollo y variedad que comprendieron la segunda parte.
Ballerini se mostró como
dueño absoluto de cada una de las secciones que conformaron su recital e hizo
participar al auditorio de la madurez de un arte excepcional, en el que
convergen las mejores cualidades que pueda tener un intérprete que se permite
encarar este difícil repertorio y estar de igual a igual con cada número a lo
largo de toda la velada.
En los bises la canzonetta
napolitana estuvo representada por Core ’ngrato, de Cardillo,
interpretada con ardiente expresión, y para finalizar Musica proibita,
infaltable romanza del repertorio tenoril desde su publicación por
Stanislao Gastaldon, que a su vez le debe la permanencia de su nombre.
Para afrontar la exitosa
prueba, Ballerini contó con la participación del pianista Tomás Ballicora, que
se mostró como un socio más que indicado gracias a una larga y sólida experiencia
en el campo de la música de cámara. Mediante
su expresivo y sutil toque hizo una gran contribución al momento de dar vida a
cada uno de esos microcosmos que integraron el repertorio, siempre atento a las
necesidades del tenor, y tuvo su instante de lucimiento individual con Foglio
d’album de Puccini, una rareza dentro del catálogo del compositor.
En síntesis, una hora de
gran intimidad y de la más alta calidad artística, que permanecerá en el
recuerdo de los buenos melómanos que allí se dieron cita para disfrutar de una
experiencia inolvidable.
Claudio Ratier
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