'Romeo y Julieta': regreso con gloria

 Romeo y Julieta. Ballet en tres actos. Coreografía: Iñaki Urlezaga. Música: Serguei Prokofiev. Intérpretes: Julieta Paul, Bautista Parada, solistas y Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata. Director: Leandro Ferreira Morais. Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata. Director: Diego Censabella. En el Teatro Argentino de La Plata, el domingo 2 de julio.


Julieta Paul y Bautista Parada en "Romeo y Julieta" (Foto: Guillermo Genitti)

“Romeo y Julieta” es un título caro a la trayectoria del bailarín y coreógrafo argentino Iñaki Urlezaga. Fue uno de sus papeles predilectos durante los diez años en que fue primera figura en el Royal Ballet de Londres (cuna shakespeariana); con este título se despidió de los escenarios en el Teatro Colón en 2018, y ahora presentó su propia versión en el Argentino de La Plata, su ciudad, su casa. Además, estas funciones significaron el regreso del Ballet Estable al escenario del Teatro Argentino, reabierto luego de siete años. Por todos estos motivos, se vivió un clima de fiesta en la sala platense, colmada de público que pudo acceder gratuitamente al espectáculo.

Si bien el trabajo de Urlezaga es consistente desde lo técnico, es en lo dramático donde el coreógrafo hace su apuesta más fuerte. Cada uno de los múltiples personajes mereció un cuidadoso análisis para hacerlos creíbles y espontáneos. El histórico antagonismo entre las familias venecianas fue palpable en cada gesto, con buen manejo de las masas grupales. Las escenas donde el conflicto patriarcal en la familia Capuleto es más evidente trasuntaron una cruda violencia, producto de la abierta rebeldía de Julieta contra la dominación de su padre. Otro logrado momento fue la muerte de Mercucio que, agonizante, delega en Romeo la posta de la venganza. Pero además de las escenas más potentes, Urlezaga también supo lograr el clima de inocencia cuasi infantil en los escarceos de los juveniles amantes, y el ambiente festivo y picaresco en el mercado. Tanto en los grandes lineamientos como en los mínimos detalles, Urlezaga delineó una versión muy bien resuelta y atrapante de principio a fin.


Una escena del primer acto del ballet (Foto: Guillermo Genitti)

Semejante título exige estar en manos de intérpretes de primer nivel. La primera bailarina Julieta Paul compuso una protagonista de lujo; su madurez artística le permitió mostrar con compromiso y pasión la transmutación de Julieta de ingenua adolescente a mujer desesperada. Trascendiendo con profesionalismo las dificultades de la coreografía, la bailarina construyó uno de los mejores papeles de su carrera. A su lado, Bautista Parada fue un Romeo convincente, y destacamos el chispeante binomio de Valentín Fernández y Emanuel Gómez, y la trágica máscara de Paula García Brunelli como Lady Capuleto.


El salón de baile de los Capuleto (Foto: Guillermo Genitti)

El cuerpo de baile secundó con expresividad y disciplina a protagonistas y solistas. Guiada por Diego Censabella, la Orquesta tuvo un desempeño inestable.

Algunas incongruencias escenográficas no consiguieron empañar una función en que la calidad artística fue de la mano con la alegría del ansiado reencuentro del Ballet del Teatro Argentino y el público.

Patricia Casañas

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