El Ballet Estable estrenó "Bolero X" de Shahar Binyamini

Programa mixto: Suite en blanc (Coreografía: Serge Lifar / Música: Édouard Lalo);  Adagietto (Coreografía: Oscar Araiz / Música: Gustav Mahler); Bolero X (Coreografía: Shahar Binyamini / Música: Maurice Ravel). Primeras figuras y cuerpo de baile del Ballet Estable del Teatro Colón. Dirección: Mario Galizzi. Alumnos del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Dirección: Mariano Chiacchiarini. En el Teatro Colón, el viernes 30 de agosto. Próximas funciones: Martes 3, miércoles 4 y jueves 5 de septiembre, a las 20.


"Suite en blanc", por el Ballet Estable del Teatro Colón (Foto: Lucía Rivero)

El armado de un programa de ballet de los llamados “mixtos” pone en juego múltiples variables: que sea atractivo para el público, que contenga una novedad o estreno y que implique un desafío a la compañía suelen ser algunas de ellas. Esta propuesta, compuesta por una obra neoclásica, una contemporánea y un clásico de lo contemporáneo, llenó con creces todas esas expectativas. Nada es casual; aquí obró la inteligencia y experiencia de quien es hoy la cabeza del Ballet Estable, su director Mario Galizzi, que jugó una carta donde aunó tradición y actualidad con excelente resultado.


Rocío Agüero, Jiva Velázquez y Yosmer Carreño en "Suite en blanc" (Foto Lucía Rivero)

Poner una vez más en escena Suite en blanc implicó el reencuentro con una obra magistral. Distribuidos en diez fragmentos sobre la música de Namouna de Lalo, los complicados diseños neoclásicos del ucraniano Serge Lifar arman y desarman dúos, tríos, quintetos y escenas de conjuntos, en contrastante blanco y negro. Lifar recorre toda la gama de pasos académicos, con un marcado toque de modernidad, jugando mágicamente con los efectos logrados con una simple tarima que da una doble altura al fondo del escenario. La compañía ofreció una buena versión, con algunos puntos flojos ampliamente contrapesados por las actuaciones de algunos solistas. Entre estas, el Pas de trois bailado con maestría por la ascendente Rocío Agüero, Jiva Velázquez y Yosmer Carreño; la estilizada Mazurka del primer bailarín Juan Pablo Ledo; y La flûte, en la interpretación de una impecable Beatriz Boos, que junto a Federico Fernández bailó un Adage ideal.


El hermoso "Adagietto" de Oscar Araiz, por Milagros Niveyro y David Juárez (foto: Arnaldo Colombaroli)

Agosto parece haber sido el mes de Oscar Araiz: cuatro de sus obras se repusieron en el Teatro Argentino de la Plata (https://sobrevivientenlaciudad.blogspot.com/2024/08/cuatro-rostros-de-araiz.html) y el Ballet del Colón hizo lo propio con su Adagietto. Ambos fueron bienvenidos reencuentros con un creador central de la danza contemporánea argentina cuya programación debería ser una sana costumbre. El ambiente introspectivo y onírico de Adagietto, creado en 1971 y bailado en todo el mundo, es producto de una logradísima simbiosis entre coreografía y música, un continuo de movimiento que sugiere una sensación de flotación constante. En esta función, el dúo fue asumido con corrección por Milagros Niveyro y David Juárez.



                                              El impactante "Bolero X" de Shahar Binyamini (Foto: Lucía Rivero)

La obra de cierre fue una verdadera celebración de la dinámica y la creatividad. Bolero X del coreógrafo israelí Shahar Binyamini parte de la oscuridad casi total, donde una criatura semi salvaje comienza una danza sinuosa y reptante. Otras criaturas primero observan expectantes para luego sumarse a una especie de masa colectiva que expandiéndose y concentrándose como un corazón gigante se entrega a una evolución frenética. La iluminación como elemento creativo provoca efectos visuales de gran belleza e impacto. Setenta bailarines ataviados con sencillas mallas bicolores intervienen en esta obra atrapante y exigente, de los cuales la mitad pertenecen al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Constituye una gran experiencia para estos jóvenes trabajar junto a la compañía principal y bajo la égida de un creador internacional de la talla de Binyamini, y el excelente resultado está a la vista. Todas las intervenciones solistas, entre las que destacamos las de David Juárez, Selena Briso, Jiva Velázquez y Sofía Di Núbila, fueron estupendas, liderando el lucimiento de la compañía en pleno.


Salvo alguna entrada errática, la Filarmónica acompañó adecuadamente al Ballet, guiada por el maestro Mariano Chiacchiarini.

Patricia Casañas


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