Pasos en la noche: una dislocada realidad

 Pasos en la noche. Coreografía y dirección: Lisi Estaras. Música original y diseño sonoro: Gabriel Chwojnik. Temas de Eduardo Rovira interpretados por Sónico. Diseño de escenografía: Kirka Marull. Diseño de vestuario: Belén Parra. Diseño de iluminación: Adrián Grimozzi. Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Dirección: Andrea Chinetti. Codirección: Diego Poblete. En el Teatro Coliseo, el miércoles 3 de septiembre. Próximas funciones: sábado 6, domingo 7, jueves 11 y viernes 12 septiembre a las 20

Un momento de "Pasos en la noche" (Foto: Carlos Furman)

Este año se cumplen 100 años del nacimiento del compositor argentino Eduardo Rovira, autor de Tango Buenos Aires – Opus 4 – Suite de ballet, entre otras obras, y uno de los principales exponentes del tango moderno junto con Ástor Piazzolla. Tango Buenos Aires es una partitura que Rovira creó en 1962 con miras a ser estrenada con coreografía de Oscar Araiz en el marco de la Asociación Amigos de la Danza; más de seis décadas han pasado, y la obra sigue generando propuestas escénicas valiosas. Hay en la música de Rovira elementos reconocibles de muchos géneros, estilos y épocas, imbricados en el tronco común del tango, con sorprendente creación de atmósferas. 

Exigido trabajo para el Ballet del San Martín (foto: Carlos Furman)

El particular lenguaje del compositor, intervenido por Gabriel Chwojnik, fue aprovechado por la coreógrafa argentina Lisi Estaras para crear Pasos en la noche, una obra compuesta de innumerables capas que van desarmándose y volviéndose a armar, y que dispara muchísima información visual y sonora. Seres indeterminados irrumpen con la inexpresiva pesadez de los zombies, se desmadejan, se caen y se levantan, colapsan y se crispan en milésimas de segundos, a la vez que generan inquietantes escenas coronadas por un sobretitulado que dispara frases que interpelan al espectador (y también disocian incómodamente su atención). La coreógrafa propone un exigente trabajo corporal que incluye una infinita variedad de muecas expresionistas resueltas admirablemente por los bailarines. El universo de Estaras transita con seguridad la esencia de lo contemporáneo pero también los códigos tangueros, como puede verse en la alocada “milonga” habitada por bailarines que pasan de súbito de los pies descalzos a tacos, zapatos de charol, polleritas cortonas y máscaras de plástico pintarrajeadas, siempre con la velada violencia, explícita en algunos momentos, que recorre estos delirantes Pasos en la noche. Hay mucho material para decodificar, aun después de que baja el telón.

Tango y contemporaneidad en la obra de Lisi Estaras (Foto: Carlos Furman)

El Ballet del San Martín hizo suya la pieza en una actuación de primer nivel, atrapante, sin respiro para los intérpretes y para el público. De todo el excelente conjunto podemos destacar la expresividad de Constanza Agüero, resistente a los primeros planos, secundada por un desopilante terceto masculino (Darcio Gonçales, Rodrigo Etelechea y Gastón Gómez) y al inefable dúo de Lucía Bargados y Matías Coria.

Como reflexión final, qué mejor que el concepto de la propia coreógrafa, sintetizando el espíritu de esta obra: “A las contradicciones humanas las bailamos con energía, emoción, humor y belleza, tan intrincadamente entrelazadas como la misma realidad”.

Patricia Casañas







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